
La reconocida ingeniera, atleta y conferencista motivacional australiana Turia Pitt volvió a conmover al mundo al abrir su corazón sobre el costo emocional que le han dejado los recientes incendios forestales en la Costa Sur de Nueva Gales del Sur (NSW). Su testimonio no solo refleja el dolor de su comunidad, sino también su fuerza para transformar la adversidad en una oportunidad de ayuda.
Una historia de resiliencia que inspira
Turia no es ajena a las tragedias. En 2011, cuando tenía apenas 24 años, quedó atrapada en un maratón mientras un incendio arrasaba la zona. Sufrió quemaduras en el 65 % de su cuerpo y perdió siete dedos. Su recuperación tomó más de dos años, un proceso que la convirtió en un ejemplo internacional de valentía. Hoy, a sus 32 años y esperando a su segundo hijo, vuelve a enfrentar el miedo que los incendios despiertan en su vida.
Pesadillas y noches sin descanso
En una emotiva publicación en Instagram, Turia confesó que las últimas semanas han sido especialmente difíciles. “He tenido que concentrarme en no dejar que mis emociones y mis experiencias pasadas me dominen”, escribió.
Además, reveló que su mente la atormenta con pesadillas recurrentes, en las que corre entre las llamas con su hijo en brazos. “Me ha costado dormir, comer o incluso pensar con claridad. Lo único que quisiera es desconectarme por completo”, compartió.
Una noche que parecía el fin del mundo

Turia describió la atmósfera del pasado Año Nuevo como algo casi apocalíptico. Su hogar en Shoalhaven, al sur de NSW, se encontraba amenazado por el fuego en todos los frentes. Para proteger a su familia, llenó la tina de agua por si la red de suministro se veía afectada y preparó una “bolsa de emergencia” con lo esencial para huir en cualquier momento.
“Eran las siete cuarenta y cinco de la noche. El silencio no era de paz, sino un silencio inquietante, casi profético”, relató. “Y la oscuridad era total. No había luz, ni electricidad, ni un sonido más allá del crepitar lejano del fuego”.
La escena, acompañada de una fotografía del cielo cubierto de humo en la playa de Mollymook, retrata el temor que vivieron cientos de familias en la región.
De la tragedia a la acción: nace “Spend With Them”
Lejos de quedarse en la angustia, Turia decidió canalizar su energía en ayudar a quienes más lo necesitan. Así nació la campaña “Spend With Them” (Gasta con Ellos), una iniciativa que busca impulsar la economía de las zonas afectadas. La propuesta es simple pero poderosa: invitar a los consumidores a comprar directamente a pequeños negocios de las comunidades devastadas en lugar de acudir a marcas que no sufrieron pérdidas.
En menos de 24 horas, la cuenta oficial de Instagram de la campaña superó los 40 mil seguidores, mostrando una lista de negocios locales que ofrecen productos en línea. Desde una tienda de artículos para el hogar en Milton, hasta una microcervecería en Bega, cada compra significa dinero directo en los bolsillos de quienes lo necesitan para reconstruir sus vidas.

Un llamado que traspasa fronteras
En entrevista para el programa matutino “Today”, Turia explicó que el objetivo es dar apoyo económico inmediato a los pequeños comerciantes. “Es una forma en la que puedo servir, no solo a mi comunidad, sino también a otras comunidades afectadas en toda Australia”, afirmó.
Su mensaje no solo toca a los australianos. La iniciativa resuena en cualquier parte del mundo donde los desastres naturales ponen a prueba la solidaridad. En un momento en el que las redes sociales suelen estar llenas de mensajes efímeros, Turia nos recuerda que cada clic puede convertirse en ayuda real.
Una lección de esperanza
La historia de Turia Pitt es un ejemplo de que, incluso en medio de las cenizas, se puede construir un puente de esperanza. Su capacidad para transformar el miedo en acción colectiva nos invita a reflexionar sobre la importancia de apoyar a quienes más lo necesitan.
Si bien los incendios en Australia han dejado imágenes desoladoras, también han mostrado que la empatía y la unión de las personas pueden encender una luz más fuerte que cualquier llama. Turia no solo comparte su dolor, sino también un camino para que todos podamos ser parte de la reconstrucción.